Todas estas emociones que se sienten vienen precisamente por ir en contra de esa naturaleza. La Escuela Española de Gestesia nace de la voluntad de volver a recuperar esto que forma parte de la esencia del ser humano. Nace de la voluntad de volver a recuperar esas habilidades sociales que antes teníamos, que aún tenemos y que están allí escondidas por el temor y las normas que se nos han impuesto. Nace con la voluntad de ofrecer a las personas las herramientas necesarias para mejorar la comunicación, para entenderse uno mismo y entender al otro pero sobre todo para mejorar la calidad de vida de cada uno de nosotros. En cierto modo nace con la voluntad de dejar el camino individualista donde nos hemos metido, para volver a ser de nuevo miembros de la tribu. Una tribu a la que es agradable volver a pertenecer.
"El niño que no sea abrazado por su tribu, cuando sea adulto, quemará la aldea para poder sentir su calor" Proverbio africano
La Escuela Española de Gestesia nace de la necesidad de entender las bases generales de la comunicación. Somos comunicación en esencia, cada parte de nuestro cuerpo comunica y muchas veces no de forma correcta ni coherente respecto a la verbalidad. Con la Sinergología la Escuela Española de Gestesia cuenta con un proceso de análisis y estudio que ayuda a descifrar el lenguaje no verbal, inconsciente o semiconsciente, pero en sí mismo tan sólo es una parte de la comunicación más dirigida a la observación de los demás que a la autoobservación. En esta parte es donde entra en juego la inteligencia emocional, segundo pilar de la Gestesia. Conocerse a uno mismo, observarse, reconocer las emociones propias para de esa forma comunicar de forma correcta y congruente. El tercer pilar la Morfopsicología enseña a no juzgar. Los rasgos faciales dan pistas sobre la forma de ser y comportamiento de la persona. Entenderlo implica ser capaz de aceptarme y aceptar a los demás tal y como son y usarlo en aras de mejorar exponencialmente la productividad de mi comunicación. La PNL (programación Neurolingüística) colabora en todo este proceso haciendo entender el comportamiento humano y ayudando a todo aquel que lo necesite, con distintas herramientas, a reconducir conductas y sustituir creencias para mejorar su comunicación y conseguir los cambios deseados. La Escuela nace pues de la necesidad de unir estos pilares para conseguir una comunicación efectiva, donde la verbalidad y la corporalidad sean congruentes y las emociones sean perfectamente reconocibles.