Amar lejos del idealismo, apego y romanticismo del enamoramiento

¿Qué es amar?

Me lo preguntaron ayer, y la verdad es que resulta difícil definirlo en pocas palabras. Las personas tenemos muchas dudas con este verbo y la verdad resulta más difícil explicarlo que vivirlo. 

Ha habido tantas malas explicaciones del amor, tanto romanticismo, tanta unión con el sufrimiento, que puede ser difícil separarlo del apego, del enamoramiento, de la posesión. 

Pero bueno, voy a intentarlo, y sí, los que me conocen, saben que no me gusta este verbo intentar, pero es que aquí se ajusta perfectamente a lo que quiero expresar, porque no estoy nada seguro de si lo voy a conseguirlo o no. 

Empecemos:

Amar es la presencia del otro, cuando no está. Cuando amas no vuelves a estar solo, su presencia, su imagen, su energía, lo impregna todo y como no estás solo te sientes más seguro, más fuerte. 

Amar es la alegría por la existencia del otro. Nada te hace más generoso que el amor, eres capaz de priorizar al otro, sin dejar de priorizarte. 

Amar es perderte en su mirada, es la admiración absoluta e incondicional, en lo “bueno “ y en lo “ malo”. 

Amar no tiene condiciones, es una elección en un proyecto con alguien. 

Amar es poder ser tú mismo con esa persona. Reír, llorar, pasar por todas las emociones sin tener que fingir, sin miedo a ser vulnerable. 

Amar es perder el miedo a ser, es volverte generoso con tu tiempo, tus cosas, contigo. 

Amar es conectar, es calor, es bienestar, es el abrazo seguro, el beso reconfortante, tu batería de carga. 

Amar es perder la noción del tiempo con la sensación del tiempo bien empleado.

Amar es darte cuenta de las necesidades del otro y priorizarlas incluso cuando tú no entras en sus planes. 

Amar es humanizarte, es mostrarte, es darte cuenta de que el otro te ayuda a ser mejor y de que tú actúas de la misma manera. 

Amar es volver a casa, es conectar con lo mejor de uno mismo a través de otra persona. 

Amar es conectar con tu divinidad, donde todo lo material pierde sentido, donde solo existe el momento presente, donde la palabra alegría se desvanece y comprendes el significado de la felicidad. 

Amar es agradecer, es no dar nada por hecho, es construir, es querer ofrecer tu verdadero yo al otro, sin restricciones, mejorándolo cada día, porque tú eres así y el otro no merece menos. 

Amar es apreciar las diferencias, reírte de los “ defectos“ y acompañar al otro en su viaje, sin interferir lo más mínimo en sus planes.

Amar es ser y permitir que el otro sea, sin condiciones. 

Amar es la escucha sin interrupciones, el interés genuino.

Amar es la aceptación sin peros, es la esencia pura del ser humano, es la atención en lo importante.

Amar es Emocionarte cuando hablas de amar, porque te resulta imposible hablar de ello, sin que aparezca la imagen de la persona que amas.

Amar es…

Te escucho.