APRENDER A SOLTAR

blog image

Cada vez que nos aferremos a un pensamiento, nos ponemos un obstáculo

¿Has probado alguna vez a dejar de pensar algo?

¿Difícil verdad?

No hay como irse a la cama con una mala noticia para que ya no podamos pegar ojo, o estar preocupado por no llegar tarde al día siguiente para no conseguir dormir. Basta que no quieras pensar en algo para que ese pensamiento se repita de forma automática sin parar.

Cuando decidimos hacerlo, cuando decidimos no pensar en algo, no nos damos cuenta de que lo que realmente estamos haciendo es aferrarnos aún más al pensamiento. Generalmente no hacemos caso a un montón de pensamientos que tenemos al día, mas cuando hacemos esto de no querer pensar le estamos diciendo a nuestro cerebro que este pensamiento es importante para nosotros y nos lo va a traer de forma recurrente.

Nos convertimos en algo así como unos coleccionistas de malos pensamientos o de situaciones desagradables. Las queremos tener presentes para que no se repitan más y no hacemos más que revivir una y otra vez esa situación con su emoción correspondiente de displacer.

Suena raro ¿verdad? incluso un poco masoquista. Lo paso mal para no volver a pasarlo mal.

Cada vez que nos aferramos a uno de estos pensamientos estamos creando un obstáculo, una limitación que va a hacer que nuestra vida sea un poco más desagradable.

Aprender a soltar es la única solución.

Lo que ocurrió en el pasado ya pasó y no tienes la posibilidad de que esa escena ocurrida vuelva a repetirse de la misma manera. En nuestro afán de controlar y una vez más en nuestro afán de evitar el dolor, nos lo creamos, reviviendo una y otra vez aquella situación que nos dañó.

Pasar página, aceptar que eso ocurrió, aceptar el dolor que pudo provocarnos y entender que simplemente por el hecho de aceptarlo eso no volverá a ocurrir, nos permite disfrutar de un aquí y ahora agradable.

Cuando una cosa vuelve a ocurrir es simplemente por la naturaleza del ego que siempre quiere tener razón y cuando te resignas en vez de aceptar, no eres capaz de ver solución a ningún problema.

Cuando dejes de etiquetar y de aferrarte a los pensamientos, todo pasará.