¿Víctima o responsable de las circunstancias que me suceden?
Uno de los grandes problemas que nos encontramos en los seres humanos es la falta de responsabilidad o dicho de otro modo, la dificultad de hacernos cargo de nuestras propias circunstancias.
A día de hoy muchas personas creen que ellos no tienen nada que ver con todo lo que les sucede, y como habréis leído aquí en alguna ocasión, nosotros somos co-creadores de nuestra realidad.
¿Van a suceder cosas, vamos a vivir situaciones diferentes y tener que afrontar diferentes retos? ¡Sí! ¿Tenemos algún control sobre estos acontecimientos? ¡No!
Sobre lo que sí tenemos control es sobre lo que sí que vamos a hacer con esos acontecimientos, la respuesta que queremos dar a las diferentes cosas.
Cuando algo ocurre, no "nos" ocurre, simplemente ocurre y cuando dejamos de tomarnos las cosas como algo personal y aceptamos, nos centramos en buscar una solución. No hacemos como cuando no aceptamos que nos quedamos regodeándonos en el problema y sufriendo hasta que tomamos una determinación.
- Las cosas no "nos" pasan, solo pasan
- Nadie "te" puede enfadar, te enfadas tú
- Nadie "te" puede poner triste, te entristeces tú
- Nadie "te" puede hacer feliz, te haces feliz tú.
Es muy fácil responsabilizar a los demás, al universo, de las cosas que nos pasan, siempre es mejor jugar el papel de la víctima y recibir algún tipo de beneficio ficticio, que hacerme responsable y solucionar yo mis circunstancias.
Muchas veces, esto es aprendido…
En cuantas ocasiones, esos niños que se caen al suelo o que se pegan un golpe con la esquina de una mesa, no han oído a sus padres decir un: "malo suelo" o "mala mesa"; enseñándoles una lección no muy sana. Aquella en la que les hacen creer que el golpe que han recibido no es debido a su temeridad corriendo por la calle o por la casa, sino porque el suelo o la mesa les ha agredido.
¿Curioso no?
Después, no es extrañar que el profesor les tenga manía y por eso no aprueban un examen; que porque el ordenador era antiguo, no ha podido entregar el trabajo; porque el coche de delante iba pisando huevos, se ha chocado; o ha engañado a su pareja porque ésta no le ofrece lo que necesita…
El destino está en tus manos, siempre que decidas hacerte responsable y tomes decisiones, si no eres una boya flotando en el mar que se dejará arrastrar por la corriente