Experimentar dolor dependerá de la resistencia a aceptar la realidad.

CRECER EN ALGÚN MOMENTO SIGNIFICARÁ EXPERIMENTAR DOLOR (Joan Garriga)

La personalidad es algo que se va formando desde que nacemos. Esta formación pasa por etapas en las que nuestra autoestima, que no es más que el valor que nos damos, el permiso que nos damos para ser, sin condicionamientos, se verá condicionada.

Nacemos como un libro en blanco, sin letras, sin información con la que comparar nuestra realidad, así que nos dedicamos a escribir y escribir en el libro, aceptando como verdad absolutamente todo lo que nos pasa, absolutamente todo lo que pasa a nuestro alrededor. Nos creemos todo y aceptamos todo tal cual es porque no tenemos cómo ni con qué contrastar la información.

A partir de los 10/12 años con nuestro córtex prefrontal totalmente formado, es cuando empezamos a pensar en base a esas codificaciones mentales, a esos apuntes que hemos ido tomando. Será nuestro pensamiento el que ira afirmando toda esa información. Un pensamiento condicionado totalmente y serán los resultados que obtengamos los que asentarán puntos de nuestra personalidad y comportamiento.

Sólo una vez pasada la crisis de la adolescencia, una vez pasados los 18 años, comenzamos a decidir voluntariamente lo que nos gusta o no, lo que queremos usar o no de toda esa información. Cuando podemos elegir con qué nos quedamos o no de toda esa codificación, o si la tenemos que cambiar.

Es aquí donde el ejercicio de resultados es importante…

Es importante tener claro que,

“Cuando estamos llenos de preocupaciones, miedos, angustias, estamos usando el pensamiento en negativo”

(Alquimia del pensamiento, Gerardo Schmedling T.)

Cuando sufrimos ya sea por enfados, miedo, tristeza, personales o ajenos, es cuando tendremos que cuestionar la base de nuestro pensamiento. 

Porque si ese pensamiento nos hace sufrir lo más probable es que estemos percibiendo la realidad de una forma errónea. Lo más probable es que choque la realidad neutra con lo que deseamos que sea. Lo más probable es que aquellos condicionamientos de niños no han sido contrastados correctamente y tenemos actitudes inefectivas que nos impiden crecer. 

Experimentar más o menos dolor al crecer en cierto modo será una cuestión relacionada directamente con la resistencia que pongamos a aceptar la realidad tal cual es. Aceptar que las cosas suceden y sucederán hasta que consigamos tener la sabiduría suficiente como para aceptarlas tal cual son porque de esa forma son perfectas. 

Aceptar que el dolor es el sentimiento de culpa o resentimiento que surge después del error necesario para aprender y que durará más o menos dependiendo de la capacidad personal de transformar el error en aprendizaje y de nuestra capacidad de cambiar nuestra forma de percibir y por lo tanto de pensar.

Buda decía:

En la vida hay dolor el sufrimiento es opcional.