La amnesia de uno mismo elimina la capacidad de ver los talentos
Que cada uno de nosotros tiene un talento o incluso más de uno es algo que está claro y es un hecho, pero generalmente el poseedor de dicho talento no lo tiene tan claro o está tan acostumbrado a utilizarlo que no lo considera como tal y lo normaliza.
Esta amnesia de uno mismo siempre deriva en problemas de relación personal o interpersonal pero sobre todo genera problemas importantes a nivel de la autoestima.
La autoestima de las personas tiende a no estar todo lo sana que debiera y por norma viene precisamente porque no somos capaces de percibir estos talentos.
¿Cuál es la labor de un buen líder?
Por un lado, descubrir el talento de cada miembro de su equipo, tarea que para una persona observadora puede ser relativamente fácil y por otro lado, hacer ver a cada uno de los miembros del equipo, el talento que tiene. Esto ya es una tarea algo más complicada, esta labor implica que el líder tiene que tener una serie de cualidades bien trabajadas:
1. La observación: tanto de los demás, como la propia. Es muy importante saber elegir el momento y la emoción adecuada, cada persona puede requerir una comunicación diferente.
2. La asertividad: ser capaz de decir lo que uno piensa, siente u opina, pero en el momento adecuado, de la manera correcta y sin intención de dañar al otro.
3. La escucha activa : capacidad de atención, sin interrupción, sin juicio, sin soluciones, simplemente estando a disposición de la otra persona, sirviendo de apoyo para que sea ella quien encuentre soluciones.
4. La paciencia: esa capacidad de mantener la calma, independientemente de lo que esté ocurriendo en ese instante.
Y uno de los aspectos más importantes:
5. La compasión: la capacidad, no de sentir pena por el otro, sino de comprensión de su realidad interna, el entender, porque el otro sufre, de nuevo sin juicios, sin etiquetas, para poder activar algo tan importante como la empatía. Sería la capacidad de ver lo bueno en el otro.
Cuando un líder domina estos aspectos de una forma muy natural, activa la capacidad de ver lo bueno en el otro y no solo lo ve, sino que es capaz de comunicarlo de forma tan creíble y entusiasta, que la persona que recibe el mensaje no tiene más remedio que darse cuenta de la realidad.
Cuando un líder hace esto, y no hablamos de palabras vanas, vacías, convertidas en halagos sino de hacer ver a los miembros de su equipo cuáles son sus talentos, consigue que la autoestima de todos ellos esté donde tiene que estar.
Cuando esto ocurre, no hay circunstancias o situación que todos juntos, no puedan resolver.