Disciplina de acción

blog image

Nuestros valores guían nuestra vida más de lo que podemos suponer

La disciplina de acción es importante siempre que queremos llevar a cabo cambios en nuestra vida. El problema suele ser por dónde empezar y sobre todo darnos cuenta de aquellas acciones que no nos son beneficiosas.


Es aquí donde entra en juego nuestra mente.


La mente es la creadora de imágenes, de realidades paralelas. Es esa poderosa herramienta que es capaz de frenarnos o de impulsarnos puesto que en ella es donde surge el diálogo interno y por tanto de donde nacen nuestros pensamientos. Saber controlar este diálogo interno y rebatirlo cuando es necesario, es condición sine qua non para que la disciplina de acción sea efectiva.


Por otro lado es importante reflexionar sobre nuestros valores.


Nuestros valores guían nuestra vida más de lo que podemos suponer y no conocerlos puede hacer que nuestras acciones entren en contradicción con ellos y esta sea la causa de nuestra infelicidad. Cualquier acción que emprendamos debe estar enfocada al respeto de los mismos para que tanto nuestro pensamiento como nuestro comportamiento estén alineados.

Sólo una vez identificados cuáles son nuestros valores y tenidos en cuenta, podremos entrar a evaluar nuestro comportamiento diario. Analizar qué cosas hacemos o dejamos de hacer, de qué forma conectan con nuestros valores, para poder a continuación modificar mi conducta activando la disciplina de acción. Todo ello sin perder de vista las creencias que nos condicionan. Porque igual de importante es identificar mis valores como identificar aquellas creencias que me pueden limitar.


Pongamos un ejemplo,


Puede que la salud sea un valor importante en tu vida y que tu mente te haga creer que cada vez que vayas a salir a andar rápido, correr o andar en bici corras el riesgo de morir porque cuesta respirar. Sólo cuando cuestionas esto puedes controlar tu pensamiento y el diálogo interno, puesto que es normal que ante un esfuerzo (y sobre todo si no se tiene el hábito) tu corazón se acelere, la respiración se agite y puedas tener una sensación de falta de oxígeno.


Una vez cuestionada la mente evaluamos el comportamiento: si vas a hacer ejercicio justo después de comer (cosa que va a perjudicar tu rendimiento) y más si es algo que no es lo más adecuado; si llevas una vida muy sedentaria; si abusas del coche pudiendo desplazarte a pie...


Sólo a través del análisis de estas acciones de la manera en que coincidan con mi valor puedo llegar a dar vida a mi plan de acción. De ahí la importancia de darse cuenta.


¡Pero cuidado! porque no puedes perder de vista tus creencias.

Si de pequeña has sido una persona enfermiza, sobreprotegida, a la que se ha educado en no forzar porque podía pasar algo....

Si tienes que ser perfect@ y entonces si no se dan todas las condiciones para que así seas, no harás ejercicio...

Si tienes que ser fuerte y demostrar que estás por encima de cualquier circunstancia, lo que hará que al mínimo bajón por no mostrar tu vulnerabilidad abandones...

Incluso si no eres capaz de decir que no sin sentirte culpable, porque ante cualquier solicitud antepondrás a los demás lo que afectará a tu propio auto-cuidado.


Todo cambio necesita un plan de acción y todo plan de acción un análisis profundo de la realidad particular de cada uno.


Tendemos a ver la realidad no como es sino como nosotros somos y éste es nuestro mayor condicionamiento.


Procesos 1 a 1

Te ayudamos a que veas la realidad tal y como es