El hombre y el camaleón

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Cambiar para ser aceptado por los demás, te aleja de la propia aceptación.

El grupo de trabajo se entretenía con el ejercicio de Team building. Les habían llevado a un centro natural donde había distintos tipos de terrarios y reptilarium.


En un momento determinado del circuito el grupo de dieciocho personas se quedó absorto admirando la capacidad de un pequeño camaleón. Debía haber más de un camaleón en el terrario, pero solo se le veía a él.


Durante treinta minutos estuvieron observandole, cómo caminaba con paso lento pero firme y cómo iba cambiando y adaptando el color de su piel en base al sitio en el que el camaleón se moviese.


Ana decía: -¡estoy flipando!

Jon comentaba:-¡Es la leche!

Todos exclamaban al ver su capacidad. El animalito estresado observaba a su vez al grupo, deseando que le dejaran tranquilo.

Finalmente sucedió, todos se fueron moviendo y entonces el camaleón optó por ir donde estaba el resto del grupo. No había ido antes por evitar ponerles en peligro, pero ya no había ningún riesgo.

Al llegar todos le recibieron preocupándose por su estado, había vivido una experiencia estresante pero ahora no parecía estresado, sino anonadado. Cuando le preguntaron por qué estaba así, el contestó:-¡ Los humanos son increíbles!

-¿Cómo? ¿Por qué dices eso?- le preguntaron el resto de camaleones.

- ¡Sí, son increíbles! contestó el camaleón


- Pero¿A qué te refieres?- volvieron a preguntarle.


-¡Pues que son increíbles! ¡Tal y como os lo digo! Dependiendo de con quién estén cambian su comportamiento, se adaptan perfectamente a lo que creen que el otro espera de ellos. Supongo que es para gustar y no sufrir algún ataque, pero es increíble la cantidad de veces que lo pueden hacer a lo largo de media hora, si están relacionándose con más gente. Lo más curioso es que finalmente no sabes cuál de todos los personajes que han representado es realmente su propia personalidad.
Me he quedado con la duda de si ellos realmente lo sabrán.

El resto de camaleones le miraron pensando que eso que contaba era una locura. Ellos eran expertos en adaptarse al medio, pero no variaban su forma de ser, solo el color, es una cuestión de supervivencia ante la agresión externa, mimetizarse con la naturaleza adoptando el color del medio natural para pasar lo más inadvertidos posibles y estar a salvo.

- ¡Eso no puede ser sano! exclamó una joven camaleón.

- Pues yo creo que no, contestó el protagonista, pero el resto a los que vi, no pararon de hacerlo y aparentemente no les causó ningún daño. Es algo que hicieron hasta que los perdí de vista.


Así es el ser humano, cual camaleón crea diferentes personajes para buscar la aprobación de los demás. Lo hace de forma totalmente inconsciente y se podría decir que no es más que una herramienta de supervivencia porque cree estar en peligro real y modifica no su color sino su forma de ser y comportarse para sobrevivir en grupo.

Solo alguien equilibrado se muestra tal y como es, atreviéndose a no gustar.

La realidad nos dice que no podemos gustar a todo el mundo, por lo que perseguir ese objetivo GUSTAR EN TODO MOMENTO es completamente absurdo. Cuando haces ese ejercicio de personalidad múltiple no te respetas a ti mismo y por lo tanto no vas a conseguir el respeto de los demás.

El principio del amor, es el amor propio. Si no te quieres a ti, va a ser muy difícil que puedas querer de forma incondicional a los demás.

Los camaleones se adaptan ante peligros reales, su vida corre peligro, el hombre cuando crea personajes cree estarlo también, pero no es más que una ilusión que le aleja de su ser.

Cambiar tu forma de ser para ser aceptado por el exterior, te deja desnudo al llegar a casa.