Emoción y gestualidad

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La gestualidad nos ayuda a identificar la emoción de la persona

Imagina la siguiente situación:

 

Acabas de fregar el suelo, has tenido todo el cuidado del mundo para no dejar la menor marca y de repente aparece alguien, cuando el suelo aún está húmedo y pasa tan tranquilo sobre él, dejando sus huellas visibles por todo el recorrido.

 

O acabas de limpiar el coche y entra en él una persona comiendo un bocadillo de esos que dejan todo pringoso y lleno de migas.

 

¿Cómo te sientes? ¿Te molestaría?

 

A esa emoción que sientes cuando algo te molesta se le llama rabia.

 

Si vamos un poco más allá, te darás cuenta de que esa emoción provoca además una serie de cambios a nivel corporal y que muy probablemente haya generado una serie de movimientos en ti a nivel gestual.

 

  • Puedes notar como tu cuerpo se tensa, especialmente a nivel de hombros, mandíbula y puños.
  • Puedes sentir también que tu temperatura corporal sube, de hecho, hay una expresión conectada con el hecho de que algo me moleste que es “me estoy encendiendo”.
  • Y puedes notar también que el cuerpo suele dirigirse, especialmente el cuello, hacia la persona que ha cometido la acción.

Estás metido en emoción, una emoción desagradable como es la rabia, que te lleva al ataque.

 

Si mirásemos más profundamente, nos podríamos dar cuenta de que ha podido aparecer algún gesto de rechazo en forma de micropicor, que nuestros párpados inferiores han caído, que nuestra boca está entre abierta, que tenemos unas arrugas en la nariz y que se nos ven más los dientes…

 

Cada vez que te das cuenta, cuanto más te prestas atención, más consciente eres de cómo estás.

 

La idea principal que tienes que tener en cuenta es que la emoción genera la gestualidad.

 

De hecho, ese es uno de los motivos por los cuales la gente menos emocional tiene menos gestos y por el que las personas con trastorno del espectro autista o Asperger, tienen menos gestualidad, no pueden conectar con sus emociones y por lo tanto no hay reacción corporal.

 

Identificar la gestualidad, nos permite distinguir la emoción en la que está metida la persona.

 

Esto nos sirve también a nivel personal, a más conciencia de nuestro cuerpo, a más consciencia de nuestras reacciones, mayor conciencia de nuestra emoción.

 

Lo importante a saber es que nuestra gestualidad no miente, así que ya sabes, préstate atención.