¿Existen las personas toxicas?

blog image

¿Eres tóxico o no sé cómo gestionar tus actitudes en este momento...?

Qué significa ser una persona tóxica.

Podemos encontrar muchos libros que nos van a desarrollar este tema desde múltiples perspectivas, sobre todo la de las actitudes para diferenciarlas. Así nos hablan de personas tóxica como aquellas negativas, celosas, víctimas, narcisistas, envidiosos, orgullosos...

La principal definición sería:

"personas cuyo comportamiento genera un sentimiento negativo o una emoción desagradable en los demás. (...) su forma de ser y de interactuar con los demás genera malestar en aquellos que la rodean..."

Basándonos en esta definición las personas tóxicas no son más que una proyección de lo que nosotros sentimos o de lo que ellas con sus acciones o inacciones nos hacen sentir o pensar.

En base a esta argumentación podríamos concluir que las personas tóxicas no existen, tan sólo han aprendido a actuar de una forma que determinada que les puede dar un resultado y es en base a nuestra opinión y a cómo nosotros somos y sentimos que sacamos una conclusión.

Las personas tóxicas surgen de nuestra necesidad de hacer un juicio de valor, de expulsar nuestra responsabilidad propia hacia los demás, de concluir que un comportamiento no se acoge a nuestros estándares, porque es mejor pensar que el otro me manipula, me utiliza y abusa que hacerme responsable de la situación y entender que lo que ha hecho o hace es en base a algo que yo he permitido o permito.

¿Eso quiere decir que todas las personas obren bien?

Para nada. Pero siempre y cuando especifiquemos que es bien o mal, porque no para todos bien y mal es lo mismo.

Las personas actúan de la manera que saben actuar, su instinto, su ego, su mente, les lleva a tomar decisiones que pueden o no, ser beneficiosas para ellos o los demás, y tu no tienes por qué secundar ese tipo de decisiones.

Solo cuando no entras a hacer un juicio de valor y catalogar a una persona como tóxica o no tóxica, y le das una pequeña vuelta, para empezar a catalogar que la acción o inacción que realiza es beneficiosa o no para tí, empezarás a conectar contigo mismo, empezarás a centrarte en ti y a tomar decisiones coherentes con tu forma de pensar, actuar o hablar

Y en ese momento, en plena consciencia y gestionando correctamente la emoción podrás decidir, no si esa persona es tóxica o no, sino si quieres permanecer a su lado por el tipo de acciones que realiza, o prefieres tomar distancia.
Si seguimos esta línea de pensamiento de lo único que nos daremos cuenta es que las acciones de los demás cuando hacemos un juicio de valor hablan más de nosotros y de nuestra capacidad para gestionar o no a esa persona.
Si generalizo en una persona esa toxicidad, la realidad sería que se trataría de una persona incapaz de mantener ningún tipo de relación sana con nadie, y seguro que habrá gente así, pero normalmente por una degeneración o secuestro emocional o enfermedad, pero no puedo generalizar cuando tan solo soy yo el que tengo el problema con esa persona, e incluso si somos diez, porque habrá otros cientos de miles para los que esa persona no sea tóxica en absoluto.

Es importante aprender a hacernos cargo de nosotros mismo, a responsabilizarnos de nuestras cosas, a tomar decisiones coherentes con nuestra forma de pensar y no vinculadas a lo que creemos que los demás esperan de nosotros. A hacernos cargos de nuestras decisiones y a entender que en nuestro afán de complacer, muchas veces dejamos que los demás no se relacionen con nosotros de la manera más adecuada y propiciamos actitudes que podemos a futuro tildar de abuso en cualquier sentido.

Mira cómo tienes tu habitación, habla más de ti que lo que puedas pensar.
Un cuarto ordenado habla de ideas ordenadas, un cuarto limpio habla de una personas que se preocupa por ella misma, por su salud a todos los niveles.
Ordena tu cuarto pero sin llevarlo al extremo porque un exceso de orden e intransigencia en el mismo hablará de un tipo de pensamiento y actitud rígido en el que no cabe otra forma de pensar. Y sobre todo ordena sólo tu cuarto, no quieras ordenar el de los demás y no dejes que te lo ordenen. Es bueno que cada uno tenga su orden personal.