Hijos de la adversidad

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La búsqueda de comodidades nos ha hecho más frágiles.

Los libros nutren nuestro intelecto, nuestro espíritu y además algunos de ellos nos invitan a la reflexión.


Este es el caso del libro "Hijos de la adversidad" de Antonio Valenzuela que ha inspirado este artículo.


La base del libro está centrada en una cuestión primordial, hacer ver cómo la búsqueda de comodidades que ha perseguido el ser humano a lo largo de la historia, ha hecho que se convierta a la larga en un ser más frágil y enfermizo, tanto a nivel físico como a nivel mental.


A nivel físico porque nos hemos ido alejando de todas esas incomodidades que hacían que nuestro cuerpo y nuestro sistema inmune trabajara de una forma natural, haciéndonos cada vez más resistentes. Éramos cazadores, recolectores, no parábamos de caminar en busca de comida, nos enfrentábamos a las inclemencias meteorológicas, nos regíamos por la luz solar para nuestro ciclo circodiano (activación y descaso o sueño).

Podíamos decir que seguíamos los ritmos de la naturaleza.


Y a nivel mental, el hecho de que hiciésemos todo lo anterior, hacía que hubiese un equilibrio entre el uso de nuestro sistema nervioso simpático (que se activaba ante las amenazas, depredadores, otras tribus) y el sistema nervioso parasimpático (descansar, reparar).


Este equilibrio sistema nervioso simpático, sistema nervioso parasimpático actualmente se ha roto.


El sedentarismo es una razón importante. El hecho de que alguien haga una hora y media de ejercicio cuando el resto del día se lo pasa prácticamente sentado, no evita dicho desequilibrio y lo más importante aunque las antiguas amenazas han desaparecido, nuestro cerebro las ha cambiado por otro tipo de amenazas más actualizadas como el tráfico, el trabajo, problemas familiares, financieros, etc... y muchas de ellas ni tan siquiera amenazas reales pues que son supuestos anticipatorios de una realidad futura imaginaria.


Así como antiguamente las amenazas eran agudas, intensas y de corta duración, las actuales son crónicas y de larga duración.


¿Cuál es realmente la problemática en todo esto?


Pues que cuando activamos nuestro sistema nervioso simpático y liberamos cortisol (hormona del estrés) nos envenenamos y así como antes había un equilibrio, ahora estamos completamente desequilibrados. De ahí la importancia del "darse cuenta" que tanto recalcamos en Gestesia.


Cuando somos capaces de cuestionar toda esa información imaginaria que nos envía nuestra mente, somos capaces de desactivar nuestro sistema nervioso simpático, dejan de existir las amenazas, permitiéndonos estar en calma.

Si no está ocurriendo en el presente, si no es verificable y no puedes actuar, te lo estás imaginando.


Al final es una cuestión de consciencia, de verificación, y del tiempo presente.


A día de hoy nuestro sufrimiento, tiene más que ver con lo que imaginamos que con lo que vivimos.


Existen dos realidades una externa, totalmente neutra y en tiempo presente y otra interna, condicionada por nuestras percepciones, por nuestras creencias, limites, deseos. La primera es inmutable, no se puede cambiar, lo que es es y ya está, en tiempo presente. Pero no perdamos de perspectiva que si acaba de suceder, eso ya no es presente... Así que tan sólo si modificas la realidad interna que te perturba, que te molesta, esa que está en el pasado o el futuro, la realidad externa cambiará.



El primer paso... Darse cuenta.