Cambiar el pensamiento para cambiar la emoción y con ello la conducta.
IMAGINA NO TENER QUE CONTROLARLO TODO
Imagina no tener la necesidad de ir adaptando tu comportamiento para gustar a todo el mundo.
Imagina no tener prisa para tomar una decisión.
Imagina poder decir sin problemas a alguien que estás triste o enfadada.
Imagina poder decirle que no a alguien y que no te afecte.
Imagina que todas las cosas que haces, las haces porque quieres y no porque hay que INTENTARLO.
¡Estaría bien! ¡Verdad!
Todos estamos condicionados de alguna forma. Ya sea por cuestiones educacionales inculcadas desde niños, ya sea por las propias vivencia y este condicionamiento afecta a nuestra conducta y a nuestra vida.
Todos estos condicionamientos a su vez, nos van dejando huella en nuestro rostro, en nuestro cuerpo, en nuestro pensamiento y en nuestro lenguaje.
Cuando te haces consciente de ello, cuando das cuenta y rompes tus ataduras y te cuestionas, tu forma de interpretar la realidad cambia y de esa manera cambian tus emociones que a su vez modifican la conducta.
El PENSAMIENTO desencadena una EMOCIÓN y ésta da lugar a una CONDUCTA
Con un cambio de PENSAMIENTO cambia la EMOCIÓN y por lo tanto cambiará la CONDUCTA
Curiosamente entonces, la huella en nuestro rostro, en nuestro cuerpo, en nuestro pensamiento y en nuestro lenguaje cambia y comenzamos a relacionarnos de una manera más natural y efectiva.
¿TE IMAGINAS?
¿TE IMAGINAS SER TU?