Experimentar te hace sabio

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El inteligente sabe; el sabio sabe qué hacer con lo que sabe

¿SABRÍAS DECIR CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE UNA PERSONA INTELIGENTE Y UNA PERSONA SABIA?


Por decirlo de una manera muy simple la diferencia fundamental es que una persona inteligente es aquella que sabe y una persona sabia es aquella que sabe qué hacer con lo que sabe.


INTELIGENTE ------------- SABE

SABIO -------------------- SABE QUÉ HACER CON LO QUE SABE


Así pues que tengamos conocimiento de algo no va a suponer directamente que sepamos de ese algo, dado que las cosas dejan de ser sólo información cuando las experimentamos.


Yo puedo tener todo el conocimiento del mundo en lo que a motores se refiere y saber cómo cambiar las marchas, el manejo del volante, toda la teoría relativa al funcionamiento de un automóvil pero eso no quiere decir que sepa conducir. Sólo sabré hacerlo cuando me meta en el coche y ponga en práctica todo ese conocimiento.


En el mundo de la comunicación, en el mundo del desarrollo personal pasa exactamente lo mismo. Puedo tener los mejores apuntes del mundo, ir a todos los seminarios habidos y por haber, ver tutoriales, asistir a clases... tener en mi cabeza todos los datos posibles que hasta que no lo practique, y en el caso del desarrollo personal aún más, no me sirve absolutamente de nada todo lo aprendido.

De hecho ¿pedirías consejo sobre relaciones personales a un erudito en las misma pero sin ningún tipo de experiencia en ellas? ¿Pedirías consejos sobre amor y relaciones a una persona que no hubiese salido nunca de casa pero que hubiese leído muchos libros acerca de ello?


De mismo modo, puedes saber que existen gestos de rascado en la nariz relacionados con el rechazo, podrás ver a diferentes personas rascándose la nariz de diferentes formas, la cuestión es que hasta que tú no lo experimentes, hasta que no sientas la emoción de la que proviene el gesto, no te das cuenta realmente de qué sabes y por qué no debes juzgarlo. Y si no lo experimentas cualquier análisis que hagas supondrá un sesgo.


Pasamos por la vida dormidos, anestesiados, fijándonos más en todas las distracciones externas que en nosotros mismos y luego nos lamentamos, responsabilizando a la vida o a la realidad de que las cosas no nos van bien. Nuestro foco está más puesto en las experiencias de los demás, de esa manera justificamos nuestra carencia de experimentación.


Debemos experimentar para poder ser conscientes de nuestras elecciones y eso es a lo que nos dedicamos en Gestesia, a ayudar a otras personas a que se den cuenta que sólo a través de la experimentación se convierten en personas sabias.