La ignorancia de creer saber

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Los resultados que obtenemos de la realidad nos ayudan a aprender y avanzar

Crecer significa avanzar, producir cambios, en definitiva actuar.

La pregunta que la mayoría se hace y que seguramente te estarás haciendo es ¿cómo sé que estoy yendo en la dirección correcta?, ¿cómo sé que esos cambios son los que me van a llevar a encontrarme bien, ser más feliz?.

La verdad es que de primeras NO LO SABES y hazme caso es mejor así.

La diferencia entre un NO SÉ y un CREO QUE SÉ es que te estás dando la posibilidad de cometer el error y como siempre decimos en nuestros procesos Origami de crecimiento personal, el error es una perla de aprendizaje así que desea que tu vida esté llena de errores de los que puedas aprender.

Entonces sí no lo sé ¿qué es lo que me sirve de guía?

Te tendrás que fijar en los resultados y estos resultados los podrás sentir a nivel interno o externo.

A nivel interno si te sientes bien, si tu valoración es de satisfacción querrá decir que ese es el camino, pero si al final del día te sientes frustrado lo tomaremos como un signo de que algo debe ser cambiado. 

¡Pero cuidado! Porque el cambio no tiene que ver con como la realidad es, sino con cómo yo la percibo, con lo que me digo al final de cada día, de cada acción, de cada momento, con respecto al resultado obtenido. El cambio tiene que ver contigo.

Por otra parte, podré medir los resultado externos. Podré mirar si tengo dificultades relacionales, dificultades económicas (en las que parto de un pensamiento de escasez de recursos), dificultades de salud o dificultades de adaptación. Y con cada una de ellas volveremos a centrarnos en nosotros, porque si la dificultad es mía en mi está la solución a dicha dificultad, no en los demás.

Desde que tenemos uso de razón nos enseñan a señalar el error, el error que vemos en los demás: Mira lo que has hecho… Eres un desordenado… No comas así… Tienes que hacer esto… Interiorizamos que a la vez que tenemos que estar pendientes de lo que hacemos, no de quienes somos, tenemos que estar pendientes de lo que hacen o dejan de hacer los demás. 

De esta forma nos alejamos más y más del yo, de nuestro autodesarrollo, de lo que nos conviene o no porque la vara de medir está en manos ajenas y hay que cumplir con los parámetros establecidos.

Y es así como llegamos a la ignorancia del ser, a aquella en la que validamos más lo que creemos que sabemos y no cuestionamos, que la que no sabemos y estamos dispuestos a aprender.

 LA VIDA SOLO TE ENSEÑA LO QUE ESTÉS DISPUESTO A APRENDER