La importancia de la forma en la que hablas

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Cuidar el lenguaje para percibir la realidad de la forma correcta.

Cuando hablamos de la importancia del lenguaje en nuestras vidas es por una razón muy particular.

La forma en que percibimos la realidad y la forma en que nuestra mente la interpreta, va a depender de una serie de elementos: nuestra emoción, nuestros sentidos, nuestro lenguaje...

La realidad solo es una y es perfecta tal y como es. Es nuestra percepción la que la transforma en tres posibilidades: agradable, desagradable o neutra.

La cuestión es que para nosotros la neutralidad no va a existir si no hacemos el esfuerzo de percibir esa realidad de la forma correcta. ¿Qué quiere decir esto? Pues simplemente, que si nos dejamos llevar en exceso por nuestra mente podremos transformarla en agradable cuando nos beneficie o desagradable cuando no nos beneficie.

Si tienes en cuenta que tanto si estas presente en una circunstancia o hecho concreto como si no lo estás, la realidad (ese hecho concreto) va a seguir ocurriendo, entonces eres o puedes ser consciente de que no eres tan importante. Simplemente eres un factor más dentro de ese momento de forma totalmente circunstancial.

Lo que vaya a pasar, ocurrirá independientemente de que tu estés o no estés.

Tendemos a confundir "lo que está sucediendo, lo que está ocurriendo" con "lo que me está sucediendo, con lo que me está ocurriendo", convirtiéndonos así en el personaje al que todo le ocurre, tanto lo “bueno “ como lo “malo”.

¿ Y por qué hablamos de la importancia del lenguaje?

Porque existe una máxima que dice que "el lenguaje estructura, el pensamiento y el pensamiento después estructura el lenguaje", es decir, que así como hablas, piensas, y así como piensas, hablas.

Cuando te conviertes de manera equivocada, en el "Mártir" que tiene que vivir una situación, la persona que tienen que sufrir una situación (y si eres mártir ya no será situación sino problema) tu forma de pensar será victimista, quejica, querrás tener razón... Lo que viene a ser el típico comportamiento que llamamos de una persona en ego en la que prevalece la reactividad frente a la proactividad.

De hecho, la utilización de pronombres como me, te, le, nos, os, se, les, activa en ti a ese personaje que se convierte en el centro del mundo y donde una serie de personas, dioses, o vete a saber qué, conspiran para beneficiarte o bien para perjudicarte.

Vigilar la forma en la que cada uno habla o se habla, estar atento al uso que haces de las palabras, vuelve más fácil la tarea de la asunción, vuelve más fácil el que seas capaz de hacerte responsable y asumir; vuelve más fácil la valoración siendo capaz de reconocer los logros tanto tuyos como de los demás; la aceptación, tanto de tu comportamiento como de una situación; y la adaptación, aumentando tu flexibilidad mental.

Ser cauteloso con el lenguaje te va a ofrecer como premio todas estas posibilidades.

Vigila como hablas y modificarás la forma en la que piensas, la forma en la que percibes la realidad y automáticamente te centrarás más en la soluciones que en los “problemas “.