LENGUAJE EMOCIONAL

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Un lenguaje emocional amplio ayuda a gestionar efectivamente las emociones

Nuestra capacidad para gestionar adecuadamente la realidad está directamente relacionada con la capacidad que tenemos para nombrar cada una de las cosas que percibimos y sentimos.

 

El lenguaje se transforma entonces en un elemento poderosísimo que puede conseguir que identifiquemos de forma efectiva y gestionemos de forma eficiente una realidad, que muchas veces puede confundirnos si dicho lenguaje no es el adecuado.

 

La forma en la que hablas no sólo expresa cómo percibes la realidad y cómo interpretas lo que sucede a tu alrededor. La forma en la que hablas expresa también la forma en la que sientes, por lo tanto, si no tienes un vocabulario amplio para expresar todo eso, lo más probable es que puedas confundir en un momento determinado lo que realmente estás sintiendo.

 

¿Por qué puedo malinterpretar?

 

Sencillamente porque la función principal de tu ego es la de hacerte sobrevivir y por tanto lo primero que hará es buscar ponerte a salvo de la forma más rápida. ¿Cómo? Magnificando la percepción que tengas de lo externo, distorsionando la realidad y en un porcentaje mayoritario de veces, metiéndote en una emoción paralizante y de huida, el MIEDO.

 

En Gestesia se le da mucha importancia a las palabras y a llamar a cada cosa por su nombre. 

 

En particular y dentro del campo de las emociones, existe un universo emocional o conjunto de palabras que podemos relacionar con cada una de las emociones. Este universo emocional lo podríamos comparar con el volumen de la radio, de modo que dependiendo de la intensidad de una emoción podemos tener un volumen 1 o un 10.

 

A modo de ejemplo, puedes estar sintiendo asco pero no sería adecuado llamar asco al 1 de asco y al 10 de asco, porque no tienen la misma intensidad. De hecho, no es lo mismo el desagrado (1) que la repulsión (10), ambos adjetivos estarían en la emoción del asco pero sus intensidades son totalmente diferentes.

 Así que cuando a alguien le hablas de asco, en su realidad interna se hace una idea de lo que es el asco, que va a ir desde el desagrado a la repulsión y lo más probable es que no vaya a saber ubicar o poner la relación de intensidad de lo que interpreta con lo que tu sientes, si no lo expresas correctamente y si sólo haces la mención al asco. 

 

Para nuestra propia percepción también es importante porque tu reacción (corporal y emocional) tampoco va a ser la misma si entiendes que lo que tienes es desagrado y no repulsión. De ahí la importancia de tener un vocabulario amplio en relación con nuestras emociones.

 

Presta atención a como hablas, presta atención a tus palabras y conseguirás ser más consciente de lo que realmente sientes.