¿Es la empatía una herramientas importante para el liderazgo?
La idea de liderazgo, de cómo ser y actuar como un buen líder es algo que está muy presente en nuestros días.
¿Por qué?
Porque una buena gestión puede realizar milagros. Y una buena gestión es aquella en la que el líder es capaz de motivar y sacar lo mejor de cada miembro del equipo.
Así vemos como empresas que estaban al borde de la quiebra, resurgen de sus cenizas cual ave Fénix y crecen hasta convertirse en referentes. La cuestión es que solo una parte muy pequeña es debida a la gestión mercantil, el éxito se debe a una maravillosa gestión humana, y es que a veces se nos olvida que no somos máquinas dentro de una estructura empresarial sino que somos personas con motivaciones, circunstancias, personalidades y emociones diferentes. Conocer a los empleados es básico dado que es la única manera de entender por qué a veces funciona o no funciona tu empresa.
Para ello tenemos una poderosa herramienta que es la Empatía.
Cuando sabes cómo funciona un mecanismo, puedes tocar sus piezas sin temor a que dejen de funcionar e incluso pueden llegar a mejorarlo exponencialmente.
Una de las grandes herramientas que maneja el buen líder es esta la empatía, esto es, ser capaz de ponerse en el lugar del otro pero sin olvidar que él tiene su propia emoción, no dejándose contagiar por las cosas que puedan venir de los empleados. Éstos estarán siempre dispuestos a hablar de sus necesidades y hacer llegar sus inquietudes en relación con la empresa y un detalle tan simple como el hecho de que perciban que realmente la empresa se preocupa por ellos, marca la diferencia.
La instalación de taquillas, un teléfono accesible y gratuito para necesidades personales que puedan tener, una máquina de café en la sala de descanso, ropa adecuada al puesto, facilidad de movilidad o acceso diferentes tipos de formación, son motivaciones que implican e incluso pueden hacer que un empleado bien formado decida quedarse en la empresa, a pesar de estar recibiendo otras ofertas.
Detalles como la confianza, marcan la diferencia: a más confianza, más implicación e interés.
Cuanto más sabe el líder de la personalidad y de las necesidades de sus empleados más y mejor rendimiento consigue de los mismos.
El trato cercano, ver y entender que todos forman parte de un mismo grupo, trabajar en que no haya diferentes estratos en los tiempos libres de la empresa, que puedan relacionarse con todos los miembros y personal, les hace ver que forman parte y parte de igual importancia que el resto.
Cuando esto ocurre el líder se vuelve un solucionador de problemas al entender que el problema que puede tener tu compañero es tu problema, el problema del equipo es tu problema y el problema de la empresa es tu problema.
No hay necesidad de líderes autoritarios sino de líderes empáticos.
¿Qué opináis?