El lenguaje de los movimientos corporales. Nuestra comunicación no es estática, siempre va acompañada de movimientos.

Imagina la situación

Estás hablando con alguien mientras tomáis un café. En un momento determinado haces un comentario que despierta la curiosidad de tu interlocutor y éste instintivamente se mueve en la silla hacia adelante, aproximándote a ti.

Seguís hablando, esta vez interpelas a tu interlocutor realizando un comentario que le produce rechazo o que desaprueba. Esta vez sin decirte nada se vuelve a mover pero hacia atrás, incluso puede que se vaya hacia uno de los costados de la silla.

Viendo la situación y conocedor de la Gestesia, reconduces la conversación aclaras o matizas tu comentario e incluso vuelves a generar la curiosidad de la primera vez, consiguiendo que de nuevo el movimiento vuelva hacia adelante para darle un giro al final que hace que tu interlocutor vuelva a irse para atrás aunque esta vez más centrado.

Cuando estamos sentados en el trascurso de un conversación nuestro cuerpo y el de nuestros interlocutores nunca está quieto. Dependiendo de las emociones que la información produzca nos iremos moviendo de una lado a otro de la silla, hacia delante, hacia atrás o hacia los costados.

Las emociones y la gestualidad van siempre unidas de la mano. No hay emoción que no produzca una reacción corporal (aunque tan sólo sea de milésimas de segundo) y podemos descifrar las emociones en base a esa reacción corporal.

Si mientras lees esto estabas sentado y te has echado hacia adelante, has mostrado interés.

¿Hasta que punto has sido consciente de tus movimientos?