¡Para! Inspira....Expira....

blog image

Darse cuenta implica saber, pero también parar, inspirar y expirar.

¡PARA!


INSPIRA..... EXPIRA..... dedica más tiempo a expirar que a inspirar...


REPITE EL PROCESO TRES VECES


Qué pensarías si te dijese que parte del proceso de darse cuenta pasa por esto.


No somos solo estímulo, no somos solo reacción, no somos una acción incoherente y fuera de control.

A veces es lo que desearíamos pensar, dado que sería la justificación perfecta a la formación egoica de nuestra personalidad, pero somos justamente lo contrario.


Un animal sin su cortex es cerebral es totalmente reactivo, responde a estímulos externos, sobrevive....


En cambio nosotros siempre podemos elegir, aunque creamos que no.

Pero para ello necesitamos parar, respirar, oxigenar nuestro cuerpo, bajar las pulsaciones de nuestro corazón y dejar que nuestro cortex realice su función.


No es que seamos seres emocionales, sino que somos seres con capacidad para emocionarnos y lo mismo que regulamos la cantidad de comida que ingerimos en un día, podemos regular la intensidad de la emoción que tenemos que sentir o que necesitamos sentir para la que la gestión del momento sea la adecuada.

Pero para eso es importante saber parar.


Pero desgraciadamente esto nos enseña en el colegio, son capacidades que vamos adquiriendo en la medida que seamos conscientes de cómo reaccionamos ante la realidad, de cómo ésta nos influye y cuáles son las conductas más beneficiosas para cada uno de nosotros, cuáles son aquellas que no nos hacen sufrir y realmente nos ayudan.


Por eso para es importante parar y respirar.


Porque este proceso te va a permitir entender no solo tu realidad, sino la realidad de los demás.


La vida es un maravilloso viaje hecho a la medida de cada persona, un viaje para aprender, pero no para aprender de los demás, sino para aprender sobre uno mismo. Un viaje para dejar de buscar afuera lo que ya llevamos dentro. Un viaje que nos hará sufrir, en la medida que nos resistamos a aceptar que las cosas son y serán a pesar de nosotros y que nos hará felices, en la medida que aceptemos que la felicidad no es un emoción que se tenga que buscar, sino un estado natural, bello y perfecto, resultante de la sensación de paz y calma que da el entender que aceptar no es otra cosa que, vivir el momento presente sin desear cambiarlo.