¿Piel extremadamente fina...?

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¿Qué opinais? Somos más emocionales o más racionales

Qué son las emociones y qué significan en nuestra vida.

 

Es importante tener claro qué son y cómo generan respuestas en ti, pero del mismo modo es importante que te preguntes qué valor le das a las emociones.

 

Es sencillo, vivimos en la era de la información, más racionales que nunca y con continuas llamadas a la empatía, a la solidaridad, a la asertividad, al respeto… en resumen, a todo aquello que implique conectar con los demás y sobre todo aceptar lo que cada uno es, piensa o siente.

 

La cuestión es que todas estas acciones no están exentas de emoción por sí mismas.

 

“Somos seres emocionales con capacidad de pensar”, esto es lo que realmente nos separa de ir oliéndonos el culo, pero del mismo modo nos aleja de la verdadera conexión porque nos hiper-racionalizamos, queriendo entender por qué las cosas son como son, o por qué fulanito actúa como lo hace.

 

La emoción es aquello que se genera tras un estímulo que nuestro cerebro recibe. El cerebro que está ahí para facilitarnos el procesamiento de datos, simplifica al máximo y crea su ecuación. Veo, oigo, siento, saboreo, palpo… y automáticamente se produce una reacción emocional, el cerebro segregará unos neurotransmisores. Aquí es donde ya todo se va desencadenando de forma automática.

Dependiendo de hacia qué emoción te vayas, se generará una reacción en tu cuerpo, tensión o relajación principalmente y posteriormente lo que llamamos plataformas de acción de las emociones. Y es que cada emoción va a hacer que actúes de una forma muy determinada.

 

¿Cuál es el problema principal en todo este proceso?

Pues sin duda alguna la automatización de la respuesta a la que después buscamos una explicación racional.

 

El proceso antes descrito nos habla de nuestra parte más reptil, aquella en la que se genera una respuesta a la que, si no prestamos atención no tendrá ninguna base racional por mucho que podamos ampararnos en que así ha sido.

 

“La emoción decide la razón justifica” y hasta la persona más racional del mundo basa sus actos en la emocionalidad. (Me hace sentir bien o mal)

De hecho, podrás justificar con innumerables datos cualquier cosa, que lo que subyacerá será una emoción.

 

Por otra parte, el significado que se le da a la emoción es igualmente importante. Tan malo es no querer conectar con las emociones como conectar en exceso. 

De hecho, conectar en exceso nos puede llevar a adelantarnos a lo que puede suceder o incluso a lo que otra persona puede sentir o yo mismo puedo sentir, e imaginaos de nuevo el proceso desencadenándose, pero esta vez por algo que ni tan siquiera ha sucedido o no sé si en algún momento va a poder suceder.

 

Así es como surge la sociedad de los ofendidos, aquellas personas que hiper-racionalizan lo que hiper-sienten o creen sentir poniendo una intencionalidad a las acciones de los demás.

 

Lo que está claro es que a día de hoy hay una premisa importante y es la de aprender a sentir e identificar realmente qué es eso que estás sintiendo, porque si no va a ser imposible que llegues a gestionarlo adecuadamente y estarás pidiendo a los demás que realicen un trabajo que ni tan siquiera tú mismo haces, lo que te llevará a interpretar de forma errónea cualquier tipo de esfuerzo que los demás hagan.

 

Sólo cuando sabes qué sientes, puedes ponerle nombre de emoción y remedio. 

Si no lo sabes lo que pedirás a los demás serán conjeturas sobre lo que creen que sientes y si lo que te dicen no te gusta lo más probable es que les odies y rechaces.


Y vosotros ¿qué opináis?