¿Te has preguntado alguna vez por qué ante un sonido fuerte, bocinazo, grito, explosión... automáticamente pegas un bote de forma refleja?

Se lo debemos a los REFLEJOS ACÚSTICO-MOTORES

Cuando el estímulo que desencadena los reflejos es un ruido, se producen estos reflejos acústico-motores que pueden ser de tres tipos:

• REFLEJO ESTAPEDIAL.- muy relacionado con la protección del oído.
• REFLEJO DE ORIENTACIÓN O DE PREYER.- relacionado con el movimiento.
• REFLEJO AUDITIVO DE SOBRESALTO
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Nos centraremos en este último,

El Reflejo AUDITIVO DE SOBRESALTO, supone una contracción involuntaria de un variado número de grupos musculares próximos a las extremidades superiores (se levantan los brazos) ante un ruido fuerte e inesperado.

Su función es preparar al cuerpo para situaciones de alerta, con la idea de salvar su vida, la SUPERVIVENCIA.

Aparece desde los primeros momentos de vida, de hecho es muy visible en bebes, y dura aproximadamente 200 milisegundos y tras él aparecen los movimientos de orientación.

Del RAS (reflejo auditivo de sobresalto) se encarga nuestro sistema nervioso autónomo. Este sistema controla las acciones involuntarias, como la dilatación o contracción de los vasos sanguíneos, los latidos del corazón (que por cierto también se aceleran ante un estímulo externo de sobresalto)

Tendemos a pensar que todo lo que hacemos lo realizamos gracias a nuestro cerebro cognitivo, pero cuando nuestra supervivencia está en juego, nuestro cerebro cognitivo será el último al que recurramos, estaremos funcionando más con nuestro cerebro reptiliano.

Ya sabes, si pegas un grito y la persona que tienes delante se sobresalta, habrás activado su RAS y su sistema nervioso está buscando salvarle la vida con esa acción.