El por qué de los picores faciales, su naturaleza
En el artículo anterior hablamos de las manos y también del ÁREA BROCA.
Hablamos de la importancia que tiene este área en la producción del habla y en el movimiento inconsciente de las manos cuando acompañan en mensaje, ya que ejerce control sobre las funciones motoras relacionadas con la producción del habla.
Hoy nos centraremos en por qué nos tocamos la cara cuando hablamos.
Empezaremos por explicar que en nuestro lenguaje utilizamos de forma inconsciente las METÁFORAS. Aproximadamente una por cada veinte palabras.
Nuestro cerebro es muy bueno provocando el uso de las metáforas y de hecho las necesita para poder entender la realidad.
El libro de George Lacoff y Mark Jonhson nos habla precisamente de esa necesidad.
En el año 2019 un nuevo estudio cuenta que
Cuando procesamos una metáfora no sólo se activan las zonas de cerebro relacionadas con el lenguaje, sino que también lo hacen aquellas que se asocian con la actividad que describan.
Poniéndonos científicos te diré que,
A través de una resonancia magnética observaríamos cómo al decirte que el cabello de alguien es de oro, se activan áreas de tu cerebro relacionadas con la vista (porque también estás evocando esa imagen), al igual que si te digo que una persona es muy dulce, se activarán zonas de tu cerebro relacionadas con el gusto, (salivarás más)
Si a esto le sumamos que al leer las metáforas se activa la corteza prefrontal de tu cerebro, que es donde se encuentra el área de broca, y también se activa la amígdala izquierda, (con un papel principal en el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales) la consecuencia directa de todo esto es que,
las manos van a ir a los ojos cuando de alguna forma, queramos o no queramos ver, o a nuestros oídos cuando queramos o no queramos oír y así sucesivamente con los sentidos y todo de manera totalmente inconsciente.
Es miércoles, me meto en el coche rumbo a mis obligaciones y en un despiste hago una maniobra que no debo sin poner en peligro a nadie e incluso puedo estar yendo sólo por la carretera. Lo más seguro es que si piensas:
- "Menos mal que no estaba aquí... me habría echado un sermón... " una de tus manos se rasque el oído.
- "¡Lo que acabo de hacer! podría haberme dado un golpe..." te tocarás los ojos.
O incluso si no has sido tú y ves que alguien va haciendo maniobras extrañas en la carretera y tu pensamiento es del tipo...
- "me huele que ese del coche va con una copa de más..." la reacción de tus manos sea rascarse la nariz.
Lo que le está diciendo le huele mal.
En todas estas situaciones será nuestro inconsciente el que reaccione.