Una forma de ayudar a los demás y ayudarte es saber escuchar

Quizás te ha ocurrido en alguna ocasión que estás contándole tus vacaciones a alguien con muchísima ilusión y en cuanto terminas de hablar la otra persona habla de otra cosa completamente diferente al tema que tú estabas contando.

Es un poco decepcionante, ¿verdad?

Ahora imagina que lo que estás contando es algo íntimo que te genera sufrimiento, que has confiado en alguien para contarlo y como respuesta obtienes lo que interpretas un desinterés absoluto, una falta de empatía, un... "pues no sabes lo que me ocurrió a mí el otro día, vas a alucinar", "la vecina de enfrente tuvo una situación parecida, espera que te cuento..."

La decepción no disminuye.

Estamos en la era de las pantallas, donde todo el mundo cuenta su historia en alguna de las plataformas existentes y donde las personas que lo ven, pasan de historia a historia con el simple movimiento de un dedo. Si dura más de un minuto pierden la atención.

No es de extrañar que cuando se trata de escuchar, la gente vaya a tener cada vez más problemas.

Con estos formatos somos cada vez más impacientes. El que escucha, acaba la frase del otro porque el otro no va lo suficientemente rápido o interrumpen con un "no necesito que lo adornes, resume", haciendo un juicio y sin conocer todos los detalles de la historia. Cada vez nos cuesta más abrirnos a otras personas y estas circunstancias no lo hacen. más fácil,

Existen muchas creencias que no nos permiten ser nosotros mismos, de hecho cada vez empatizamos menos y simpatizamos más.

Tememos los juicios, las críticas, las exposiciones públicas por el miedo al qué dirán o pensarán y eso nos limita.

La escucha activa es una habilidad social compleja que demanda, empatía, compasión, paciencia y tiempo.

Y es curioso, todas estas cualidades nos hacen mejores personas, sin embargo, nos resulta más fácil meternos en la comparación, en la apariencia, en tener razón, todas ellas cualidades egocéntricas que nos alejan de la realidad, que nos alejan de los demás y dificultan la comunicación a todos los niveles.

La próxima vez cuando escuches a alguien, piensa que cuando lo haces no sólo estás trabajando en una relación, no pienses que es en una sola dirección.

Cuando practicas la escucha activa no sólo lo ayudas al otro, te estás ayudando a crecer a ti mismo.