Qué vas logrando en el camino a tus objetivos.

blog image

La actitud positiva presta atención a los camino y no a la meta.

Olvidamos rápidamente y si a eso le sumamos que somos expertos en poner la atención en lo que no queremos, en evitar el dolor, tenemos todos los ingredientes para sufrir y para tener una actitud negativa ante las cosas que nos pasan en la vida.

Con este tipo de pautas, por mucho que mejoremos en distintos ámbitos, sólo pondremos el foco en el hecho de que aún no hemos alcanzado nuestro objetivo, aunque hayamos conseguido ya un gran avance.


En el afán de acercarnos a lo que queremos, solo prestamos atención a la meta, sin darnos cuenta de donde hemos salido.


De este modo:


  • el introvertido que antes no decía una palabra y que ha mejorado sus habilidades sociales, donde es capaz de mantener una pequeña conversación con un desconocido, nos dirá que aún no puede hablar en público.

  • la persona que caía en un miedo atroz, que no le permitía salir de casa, te contará como estando a 20 km de su zona de confort quiso hacer algo y lo invadió el temor y tuvo que desistir ,por lo que se marchó, abrumado ,mientras pensaba que tenía que hacer la compra luego.


Cuando lo planteamos así, además de generar una actitud negativa que nos desanima a seguir avanzando, estamos siendo deshonestos con nosotros mismos. No somos capaces de percibir nuestros logros, de ponerlos en valor y que estos logros nos ayuden a seguir prosperando en la consecución de nuestros objetivos.


Cuando pones tu atención en la meta, no te das cuenta de lo que vas consiguiendo por el camino.


La diferencia entre las personas que consiguen sus objetivos y los que no, básicamente, es la ACTITUD.


De ninguna actitud negativa, saldrá jamás un pensamiento positivo, así que mientras uno se queja de que no ha llegado aún, el otro piensa que ya le queda menos, que va en la dirección adecuada y que está realizando un buen trabajo. Donde uno sólo ve objeciones y problemas, el otro tan sólo ve oportunidades.



Existe una antigua historia sobre una vieja compañía norteamericana de zapatos que mandó a un representante de ventas a una isla del Pacífico para investigar si la empresa podía vender zapatos allí. Después de algunos días, el hombre de ventas envió un mensaje a la compañía diciendo: “La gente aquí no usa zapatos. No existe mercado. Es una pérdida de tiempo”

El gerente, de todas maneras, pensó en verificar esta conclusión y envió a uno de sus mejores vendedores a la isla. A los pocos días, el segundo representante llamó a la empresa  y dijo: “La gente aquí no usa zapatos. Existe un mercado enorme. Nos vamos a forrar”.

Los obstáculos solo surgen cuando tú las pones ahí. ¡Piénsalo!