La importancia de valorar los logros para mejorar la autoestima

Es importante ser consciente de los logros.

En nuestros procesos nos topamos habitualmente con una circunstancia curiosa: La dificultad de las personas para identificar sus logros.

Vamos a empezar por definir qué se entiende por lograr:

Llegar a hacer u obtener algo que se pretende, solicita o desea. 

Alcanzar, conseguir, adquirir, ganar…

Logro por tanto es lo que se alcanza, consigue, adquiere o gana.

Existen personas que ante la pregunta de cuáles son tus logros, la respuesta habitual es, no sé.

Un no sé es como una persiana con el mensaje cerrado por vacaciones para nuestro cerebro. Un no sé no invita a buscar, a la proactividad. Simplemente cierro, no busco, bloqueo y no sé.

Una baja autoestima, un exceso de autoexigencia, el menosprecio de lo que se hace porque se entiende que tiene que ser así…; todo el mundo lo hace…; es lo normal…; Es lo mínimo…

Hay personas para las que actuar y obtener unos determinados resultados es lo que entienden como “normal” y no dan importancia ni valor al trabajo que han tenido que realizar para llegar al resultado.

Así funciona la mente. Te convence de que las cosas son así porque sí, sin cuestionamientos, porque llevas toda la vida haciéndolo, porque tus padres llevan toda la vida haciéndolo, porque todo el mundo lo hace, porque es lo que has aprendido que se espera que hagas...

Genera pensamientos enfocados a asegurar un mismo resultado, programas pre-establecidos que no cuestionamos y que creemos que nos ayudan. Y algunos de ellos posiblemente lo hagan , pero cuando tu vida está regida por automatismos lejos de vivir lo que haces es sobrevivir. Mas cuando cambias el enfoque, cuando variamos un poco el punto de vista, cuando te cuestionas porque actúas como lo haces, cuando pones realmente el foco en ti y eres consciente, el resultado también cambia.

A una acción (X) ------------------un resultado (Z)

Nuestro cerebro en aras de simplificar y facilitarnos la vida aplicará esto a acciones similiares a la primera, así pues…

 A acciones similares a X ----------------- resultado Z

Por lo tanto si quiero variar el resultado tendrá que modificar la acción lo suficiente como para que mi cerebro no la asocie con la primera.

El problema que tenemos con los logros es que los relacionamos con grandes esfuerzos.

Cosas que hemos conseguido gracias a una gran inversión de tiempo, dinero, capacidades y en energía. Pero no debería ser así.

¿Sabéis cual ha sido mi gran logro de la mañana?

Mantener la calma mientras escuchaba en la radio todas las incidencias de tráfico que había camino al trabajo. Entender que era algo que escapaba a mi control y que en la medida que mantuviese la calma iba a conseguir no retrasarme más de la cuenta. (Las prisas no suelen ser buenas consejeras y quejarme me iba a meter en una emoción que para conducir no iba a ser la más adecuada)

Mantener la calma aun cuando con toda la lluvia que caía, los coches se empeñan en acercarse peligrosamente al parachoques trasero de mi coche.

Logros como levantarte según suena el despertador, dedicar tiempo a esa tarea que tanto te cuesta, comerte un pastel sin sentirte culpable, conseguir salir de casa con los niños en calma y sin prisas, disfrutar de un café aun cuando no era lo que más te apetecía, no entrar en una emoción cuando es lo más fácil…

Repasar nuestro día y observar nuestro comportamiento, aquellas cosas que hemos hecho y que merecen ser tenidas en cuenta es una práctica saludable para que suba la autoestima, para que cambiemos la perspectiva de nosotros mismos, para que no demos cosas por sentado, para querernos y para mejorarnos. Y a la vez que revisamos nuestros logros podemos hacer también el ejercicio revisar qué cosas que no acaban de gustarnos podríamos haber hecho de otra manera, para que una vez revisado quede registrado en nuestro cerebro adquiriendo una pauta que quizá antes ni se habría planteado, programándolo para que active otro tipo de respuesta.