¿Te prestas atención?

blog image

La comunicación sólo es real cuando eres capaz de mantener tu atención, tu foco, sobre ti.

Uno de los problemas más comunes a la hora de relacionarnos es LA ATENCIÓN.


Nos cuesta mucho mantener la atención en nosotros mismos.


Imagina que, sujeto por un soporte movible, tuviésemos un foco de luz que continuamente nos está iluminando, siempre situado sobre nosotros. Este foco nos permite ver todo lo que hacemos, cómo lo hacemos, desde qué emoción lo realizamos...


Este foco es personal, cada persona lleva el suyo y te ayuda a observarte y mantener la actitud correcta en las diferentes situaciones que se te van a presentar a lo largo de tu vida.


¿Cuál es el problema?


El principal problema es que al ser un foco móvil, preferimos enfocar directamente a los demás, iluminarles a ellos, sus acciones, emociones y la mayoría de las veces lo mantenemos de esta manera olvidándonos completamente de nosotros mismos.


Esto nos lleva a actuar desde la ignorancia y eso no es lo peor.


Lo peor es que como os he dicho cada persona tiene su propio foco y al alumbrarles con el nuestro, las acabamos deslumbrando por lo que terminan apartándose de nosotros.


Nos fijamos en lo que hacen, en sus emociones y nos dejamos de prestar atención, descuidando nuestro propio comportamiento y olvidando una regla fundamental de la comunicación:


El otro reacciona a mi, a mi emoción.


La comunicación sólo es real cuando eres capaz de mantener tu atención, tu foco, sobre ti. Entonces y sólo entonces, lo que recibas de tu interlocutor será neutro, no vendrá influenciado por ti (por tu emoción).


Toda la gestualidad que percibimos del otro será digna de análisis porque no habrá interferencia alguna. Sabremos que reacciona a lo que decimos y no a cómo lo decimos.


¿Donde enfocas?