¿Tienes problemas?

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¿Cuándo dejamos de considerar una situación como un problema?

¿Cuándo dejamos de considerar una situación como un problema? Lógicamente cuando encontramos la solución.


Este concepto, "solución", aparentemente muy simple, pasa a tornarse en algo muy complejo cuando el problema aparece. ¿Por qué? Por esa tendencia natural del ser humano a centrarse en el problema.


Lo que hacemos es tomarnos las cosas y circunstancias como algo personal, nos lo llevamos a lo personal y es ahí donde aparecen diferentes distorsionadores. Generalizaciones del tipo: “todo me pasa a mí, siempre le toca el mismo.…"; Eliminaciones de elementos de la realidad, porque da igual que te hayan ocurrido 30 cosas fantásticas, te ocurre una mala y ya elimina a todo lo anterior; y también Distorsiones de la realidad en base a lo que nosotros percibimos, porque la percepción es totalmente subjetiva. Si veo dos personas gesticulando a lo lejos y he vivido muchas peleas, lo primero que pensaré es que es muy probable que esas personas estén peleando cuando simplemente se puede tratar de una situación entre dos personas que no oyen bien y necesitan gesticular más de lo normal.


Y ¿cómo percibimos?


A través de los sentidos y esto sí puede ser un condicionador porque nuestros sentidos son limitados. Un perro oye mucho mejor que nosotros, un águila o un halcón ven mucho mejor que nosotros, por lo tanto nuestros sentidos no siempre son fiables.


Precisamente por eso y por esa capacidad que tenemos de personalizar todo lo que ocurre nos resulta más complicado centrarnos en la solución.


Todo lo que pasa, pasará estemos nosotros o no.


Si el coche en el que vamos se avería, se hubiera averiado igual, ese mismo día, si lo hubiese llevado otra persona. Pues entonces el problema no eres tú. De la misma manera que si tu jefe va enfadado al trabajo porque ha discutido con un proveedor, como eres tú el que está allí, eres tú el que vive ese enfado del mismo modo que si hubiese estado otra persona trabajando en tu lugar, tendría que ser ella la que viviese ese malhumor. Así que no es cosa tuya.


No es cuestión de personalizar, porque si lo haces te olvidas de lo principal:


El problema desaparece desde el momento en que empiezas a ponerle solución.