Y mientras tanto nos pasan cosas

blog image

Estamos tan centrados en el exterior, que no nos damos cuenta de las cosas que pasan


Es muy curioso como nos confundimos.


Vivimos en una sociedad que no para de mirar hacia afuera, toda su atención está puesta en lo que ocurre en el exterior. Ese es uno de los motivos por los que los programas del corazón, de cotilleo tienen tantísimo éxito. Nos alegramos, entristecemos, rabiamos, por cosas que les ocurren a otras personas, que no tenemos el gusto de conocer, pero sobre los que nos permitimos el lujo de opinar y juzgar.


Mientras tanto nos pasan cosas.


Estamos tan confundidos que nos preocupamos cuando nuestro hijo prefiere estar solo en casa leyendo un libro o haciendo deporte que saliendo de juerga con los amigos.

Ahí le interrogamos para saber si le ha pasado algo, si hay algún problema, incluso nos planteamos la visita a un psicólogo, mientras nos mira anonadado e intentando averiguar que está haciendo mal. Porque a él tan sólo no le apetece salir o no tiene la motivación suficiente para hacerlo y nosotros le asediamos a preguntas, le insistimos que se va a quedar solo e incluso le buscamos alternativas que por supuesto rechaza.


Y mientras tanto nos pasan cosas.


Incluso podemos preocuparnos o juzgar a un amigo porque se va a ir al monte, cine, pueblo, solo, sin nadie... Algo le pasa, que es lo que no cuenta, seguro que tiene problemas, debo estar más pendiente...


Y mientras tanto pasan cosas.


Y es que estamos tan centrados en el exterior, que no nos damos cuenta de las cosas que pasan, que nos pasan.


Ahora el mundo del mindfulness está de moda, pero cuando vemos a alguien solo, sumido en sus pensamientos, nos sigue chirriando. Estamos la era de la conexión y hay que estar conectado a algo, sí o. sí, pero no es posible estar tan solo conectado a uno mismo, eso no está bien.


Y las cosas siguen pasando pero no nos damos cuenta, por lo tanto no tomamos decisiones conscientes.


Las cosas suceden y culpamos al "universo" de los resultados y no a nuestra falta de atención.

Y e que el universo nos habla a través de la circunstancias que parecen en nuestro camino, pero como no las prestamos atención y no estamos atentos a nosotros mismos, cuando esas circunstancias no las valoramos de forma positiva hacemos lo fácil, lo que estamos acostumbrados a hacer, miramos hacia afuera y responsabilizamos a los demás de esos resultados y no a nuestra falta de atención.


Incluso cuando nos relacionamos, ponemos el "foco" en el otro, olvidándonos de que el otro reacciona antes a nuestra emoción que a nuestro mensaje.

A quién no le han dicho alguna vez en un momento de discusión ..."no es lo que me has dicho, sino la forma en la que lo has dicho"


Centrar nuestra atención en nosotros puede evitar este tipo de situación y por supuesto, puede evitar una mala interpretación de la gestualidad de los demás .


Y tú ¿dónde miras?