Vincular las emociones con la verbalidad es fracasar seguro.
Entendiendo que dentro del proceso de comunicación tan sólo un 7% de ella es verbal, tenemos muy poca información para poder analizar y verificar en qué emoción real estamos o están.
Siempre deberemos tener en cuenta el 93% restante
38% LA VOZ
55% COMUNICACIÓN NO VERBAL
Para poder ser consciente de la emoción real en la que estoy, tan sólo tengo que escuchar lo que me dice mi cuerpo.
Con unas reglas muy básica, la sinergología nos ayudará a saber si nos encontramos en una emoción PLACENTERA O DISPLACENTERA
Lo primero miraremos el EJE TÓNICO, es decir, si nuestro cuerpo tiene tensión o no.
Segundo miraremos el EJE SOCIOAFECTIVO, para saber si se trata de algo que nos causa placer o desagrado
Por último, nos fijaremos en si esa emoción se la dedicamos a los demás o nos la dedicamos a nosotros mismos (diálogo interno).
Siguiendo este proceso conseguiremos descifrar en qué EMOCIÓN REAL nos encontramos o se encuentran los demás y si se trata de la adecuada para hacer aquello que tenemos intención de hacer.
Y si decidimos que no es la adecuada, como la Sinergología nos da el poder de interpretar en tiempo real, también podremos variar en tiempo real nuestro discurso y escoger un momento más propicio, donde la comunicación tome todo su significado.
Este consejo es primordial,
DEBEMOS ESCUCHAR MÁS LO QUE EL CUERPO NOS DICE
La dificultad radica en que tras años primando el cerebro y la razón y escondiendo, literalmente, las emociones, hemos asimilado que mostrarlas no es saludable ni para nosotros ni para los demás.
En el momento que aceptemos que tener y mostrar la emociones es sano y que mostrarlas nos permite SER, así en mayúsculas, ese día nos moveremos en la mejor de las que puedan existir
SEGURIDAD
y todos los Items corporales serán congruentes con aquellas cosas que decimos.