Reactividad laboral

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El trabajo de cambiar desde la correcta percepción para alcanzar las metas.


¡Le he puesto en su sitio! ¡Este quería aprovecharse de mí y de la empresa! ¡Venía ya con la intención y ha esperado el momento como un depredador!


En cuántas ocasiones hacemos juicios de valor sin tener todos los datos, sin conocer a la persona y sobre todo sin conocernos a nosotros mismos.


La idea de que alguien me quiera engañar no es la única:


  • Habrá quien piense que los que van a realizar el trabajo no lo van a hacer bien,
  • Otros que van a tardar mucho más de lo debido y por ello van a perder su libertad y ante ello reaccionan
  • Otros no han sentido la orientación que necesitan para quedarse tranquilos y aparece su reactividad derivada de sus dudas y miedos.
  • En otras ocasiones, no se sienten lo suficientemente atendidos y reclaman atención o valoración respecto al trabajo o esfuerzo realizado.

La cosa es que a partir de las circunstancias de los demás nosotros también hacemos nuestro propio juicio en base a nuestros propios miedos, y condicionamientos o creencias inconscientes porque proyectamos.


Nuestra mente proyecta de dentro hacia fuera. Proyectamos hacia afuera cómo nos sentimos y lo transformamos en cómo los demás hacen que me sienta en función de sus comportamientos. (¡Cuánto poder! ¿no creéis?)


Cuando somos conscientes de nuestra mente, de cómo funciona nuestro ego, qué nos dice y cómo nos habla, podemos evitar este tipo de proyección y cuando además somos capaces de identificar las necesidades de los demás, cuando reconocemos las estructuras mentales de las personas con las que tratamos, podemos adelantarnos a esas situaciones dándoles lo que necesitan, seguridad, información, atención, siendo impecables con los tiempos... Porque cada uno buscamos algo y cada persona busca inconscientemente algo que cuando se conoce facilita en entendimiento, reduce el juicio y transforma la comunicación.


En eso trabajamos, en ayudar a otras personas a identificar y saber tratar a otras personas, a evitar el juicio, mejorar la percepción y sobre todo la comunicación efectiva.


No volverás a interpretar a nadie igual.