Reprográmate a través del lenguaje y piensa diferente
Nuestra forma de pensar, lo que percibimos, como clasificamos, lo que tenemos a nuestro alrededor, lo que valoramos, lo que detectamos, regula el tipo de lenguaje que usamos. Esto ocurre por varios motivos:
1. Pensamos en categorías: nuestro cerebro se dedica a clasificar la realidad para poder entenderla, de modo que si el amor es muy importante para una cultura, como puede ser la alemana, habrá un montón de palabras diferentes para nombrarlo.
2. Nuestra estructura mental hace de guía a la hora de utilizar las palabras: si alguien tiene una estructura mental centrada en la culpa, usará con más frecuencia expresiones como: “de quién fue la culpa”; “tú empezaste”; “yo no hice nada”… Nuestra estructura mental genera este tipo de lenguaje.
3. El lenguaje refleja nuestras creencias: Las ideas que tenemos sobre el mundo se filtran en nuestra forma de hablar. Si piensas que el mundo es peligroso de forma inconsciente, utilizarás un lenguaje defensivo, protector o de desconfianza.
4. El lenguaje también determina la forma de pensar: El idioma que utilicemos también influye en cómo percibimos el mundo. Pongamos algunos ejemplos:
· Lo que no se nombra, no se piensa bien. Cuando no tienes una palabra para definir algo, es mucho más difícil identificarla, procesarla o hablar de ello.
· El lenguaje construye marcos mentales. No es lo mismo para nuestra mente decir “ tengo que hacerlo “ que “ elijo hacerlo “. La forma en la que hablamos determina como interpretamos qué hacemos, hicimos o vamos a hacer.
· La gramática y la estructura también influye en la percepción. En español podemos decir: “ Perdío el reloj”, que es una forma impersonal, mientras que en inglés es “He lost the watch” donde se centra en el sujeto. Esto puede hacer que una cultura entienda más a responsabilizar que otra.
Darnos cuenta de que la forma de pensar y el lenguaje se retroalimentan nos puede ayudar mucho tanto en el ámbito profesional como personal.
Las palabras refuerzan la forma de ver el mundo y tu manera de ver el mundo te lleva a elegir ciertas palabras, es por ello que si cambias tu forma de hablar, puedes transformar tu forma de pensar y de sentir.
Si cambias tu forma de hablar, cambiará la forma en que percibes la realidad .
Y tú ¿cómo hablas?