¿A quién perdonas cuando perdonas?

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No perdonar incrementa el resentimiento o la culpa dentro de ti

Una parte del Padre Nuestro dice:

“…perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…”

Perdonar se convierte entonces en el acto más hermoso que podemos hacer de cara a nosotros mismos y al otro, un acto de amor que nos conecta con nuestra parte humana, nos eleva espiritualmente y sana nuestras heridas.

Ver el perdón desde este punto de vista se puede convertir en una terrible carga y lucha interna si no entendemos bien la profundidad de las palabras.

Perdonar es un acto altruista que realizamos pero no de cara al otro o con el otro. Perdonar es la decisión activa que tomo de no cargar más ni con el resentimiento o la culpa que sentimos ante los actos de los demás o los propios.

Perdonar es entender nuestra naturaleza humana, esa en la que está implícita el error como forma de aprendizaje y a través del cual nos desarrollamos.

SOMOS IMPERFECTOS y lejos de compartir las mismas imperfecciones, cada uno tiene las suyas individuales. Así que, cuando nos relacionamos es muy probable que sea esa parte imperfecta la que resuene más en nosotros dado que es el vehículo que tiene la realidad para hacerte consciente del trabajo que aún tienes que realizar en ti mismo.

Es lo que llamamos la Ley del espejo: aprendemos a través del espejo que nos hacen los demás. 

El cómo reaccionas es lo que te va a dar el parámetro de en qué punto te encuentras respecto a ti mismo.

 

Te invito a que perdones, pero ¿de qué forma?

Primero perdonar-TE, por utilizar al otro para hacerte daño a ti mismo. Darle el poder de activar dentro de ti el resentimiento, ese que te envenena lentamente, deforma tu percepción y perturba tus emociones.

El proceso es fácil, ya te digo que no, requiere práctica y tiempo, como todo en esta vida. La cuestión es que cuando decides que no quieres cargar con algo que no te beneficia, el proceso de sanación se pone en marcha.

¿Esto quiere decir que en el acto de perdonar tengo que olvidar, permitir los comportamientos del otro?

Vuelvo a decir que somos correspondientes con la realidad que vivimos, esa realidad está ahí para que aprendamos y una parte importante del aprendizaje del ser humano es la de PONER LÍMITES. Marcar la distancia para que podamos tener una relación sana, cordial donde mi auto-respeto conviva con el respeto que te tengo.

Una vez que te perdonas, ha comenzado el proceso de comprensión por el que te va a ser mucho más fácil perdonar al otro desde la compasión que es “entender que el otro aunque no haga las mejores elecciones, también busca ser feliz a su manera, y cometerá errores”; y si es necesario la marcación de límites “la distancia en la que me quiero y te quiero, simultáneamente”.