Cuanto más queremos esconder una emoción más probable es que aparezcan gestos que la delaten.

El sistema límbico es el sistema encargado de crear las emociones, pero también se ocupa de la comunicación no verbal.

Por ello podemos afirmar que nuestra gestualidad va siempre de la mano de la emoción REAL. ¿Qué queremos decir con la especificación de REAL? Simplemente que habrá momentos en los que queramos ocultar o fingir la emoción, ya sea de incomodidad, alegría, tristeza, enfado... y que nuestra gestualidad nos delate mostrando la verdadera emoción escondida.

Es por esto que vamos a poder asociar algunos gestos a muchas de estas emociones.

Cuanto más queremos esconder una emoción más probable es que aparezca uno de estos gestos.

Del mismo modo que relacionamos sistema límbico y gestualidad, también relacionamos la gestualidad y el Ego, de hecho cuanto más nos movamos en las actitudes de nuestro ego mayor gestualidad va a existir.

Es importante hacer una puntualización. Hay que entender el Ego como un mecanismo de supervivencia que se mantiene en el tiempo y con el que acabamos identificándonos. Este Ego hace que nuestra percepción de la realidad esté condicionada y nos convierte en seres reactivos poco conscientes.

A más inconsciencia más reactividad y mayor gestualidad.

Y es que el Ego nos aleja de lo que realmente somos por lo que cuanto más cerca estamos de las cualidades de nuestro ser mayor capacidad de desprendernos del Ego.

Cuando nos mostramos como realmente somos poca necesidad hay de mostrar ninguna máscara y al poder ser empáticos y asertivos no tenemos que fingir, menor es la necesidad de escondemos y menor es la gestualidad.

Cuanto más somos más consciencia existe y más capacidad para elegir.

Cuando nuestros gestos nos delatan es porque en ese momento nos hemos dejado dominar por la emoción, nos hemos dejado dominar por el Ego.