Creencias limitantes. Revisarlas para conocernos y conseguir cambiarlas.

Vivimos en una sociedad apresurada, donde todo es para ayer.

Te encuentras en el supermercado y decides mirar si ese producto que vas a coger es el más adecuado para el tipo de dieta que llevas, es entonces cuando aparece otra persona, tu carro le molesta, no entiende por qué estás parado ahí, quieto, y tú empiezas a sentirte mal, culpable, notas su malestar por estar entorpeciendo su marcha, te apartas metiendo el producto a medio leer dentro de tu carro. Cuando llegar a casa al guardar la compra te fijas en ese producto y decides echar un segundo vistazo, descubres que no es lo que tu querías, no has podido comprobarlo en su momento y finalmente has gastado en algo que no vas a consumir.

Este ejemplo puede parecer muy tonto, pero estoy seguro que a muchos de vosotros os han ocurrido situaciones similares del tipo, estando en el banco aceptamos un producto que no es el más favorable, en un concesionario acabas comprando un coche negro cuando lo querías rojo... Si os dais cuenta siempre hay alguien detrás que te está diciendo... si no lo haces ahora perderás una gran oportunidad y alguien se aprovechará de tu mala decisión, "este color es el más demandado, yo lo cogía ahora porque el otro... ¡a saber cuando lo traen!"

Esta creencia, nos debilita frente a las urgencias de los demás. Cedemos sin tener luego en cuenta las consecuencias que vamos a tener que pagar y generalmente por un largo período de tiempo.

Cuando nos damos prisa no nos damos tiempo para aceptar nuestras limitaciones.

Es más no nos damos tiempo para decidir, para pensar qué es lo más idóneo para nosotros. Cuando hacemos esto cedemos nuestro espacio, nuestras decisiones pasan a manos de otros, nuestros proyectos los dirigen otras personas y nos quedamos con una sensación de baja autoestima por no haber tomado el tiempo necesario para decidir, para responder, para poder hacerte responsable de la decisión, respuesta, que ¡tú des!

Piensa el tiempo necesario, no eres perfect@, y precisamente por eso necesitas pararte a reflexionar, valorar y decidir para no quedarte con la sensación de haberte precipitado.