Lenguaje y cuerpo como un todo a la hora de entender la comunicación.
Tendemos a separar las cosas, queremos hacernos especialistas y para ello simplificamos.
De cara a algunos temas esta puede ser una estrategia válida pero en otros ámbitos puede no tener tanto sentido, como es el caso de Gestesia. En lo que a nosotros compete tenemos muy claro que no se puede separar el cuerpo de la mente, del mismo modo que tampoco se puede separar lenguaje y cuerpo.
Los pensamientos dependiendo de la actitud con la que se afronten generan una realidad, esa realidad da lugar a una emoción y esa emoción desencadena un comportamiento o conducta.
El ser humano es un "todo" que no debemos separar.
La realidad que creamos con nuestra forma de mirar marca nuestro lenguaje no verbal. Ocurre que muchas veces ese lenguaje verbal y no verbal es congruente y como si de un baile se tratase los interlocutores se mueven al mismo son.
En otras ocasiones, lenguaje verbal y no verbal no coinciden y se puede apreciar esa disociación entre lenguaje y cuerpo, este último comienza a tener vida propia y hace caso omiso al lenguaje y a la música que dicho lenguaje emite.
Pensar en el ser humano como un todo te ayuda a mejorar la comunicación.
Pensar desde una actitud positiva te ayuda a crear una comunicación fluida y efectiva.
No hay secretos, la mejor manera de comunicar es ser tu mismo.
Identifica la forma de mirar, aprende a sentir la emoción y a leer el movimiento.