Los problemas no existen

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Tanto la felicidad como el sufrimiento son estados mentales

¿ Y si te dijera que todos los problemas u obstáculos que encuentras en tu vida los generas tú?

Probablemente me responderías enfadado o enfadada porque no lo consideras así. 

Ya hace muchos años un montón de profetas, filósofos y eruditos reconocieron que tanto la felicidad como el sufrimiento son estados mentales y por lo tanto solo se pueden lograr o evitar a través de la buena utilización de la mente . 

A pesar de ello, insistimos en que la causa de nuestra desdicha está en el exterior y que solo podremos alcanzar la felicidad si conseguimos una serie de elementos materiales, véase pareja, posesiones, trabajo, hijos…

¡Qué equivocados estamos! Y fruto de esa equivocación, nos frustramos, nos deprimimos al ver que, a pesar de haber conseguido la pareja, las posesiones, el trabajo y vete a saber qué más, seguimos sintiéndonos insatisfechos, y es entonces cuando proyectamos nuestro sentir al exterior culpándole de nuevo de nuestro malestar.

Mi pareja no es la pareja ideal…, la casa no es la casa de mis sueños…, aún no tengo el suficiente dinero…, es un trabajo de tránsito…

Nuestra insatisfacción no viene de ahí, viene de cómo percibimos la realidad, una realidad que conseguimos percibir a través del filtrado de la mente que parece tener una necesidad enfermiza de juzgar todo lo que ocurre en base a nosotros mismos , de una forma totalmente subjetiva. Está bien si me favorece o mal si me incomoda. 

Pero al igual que no te cuestionas el recorrido de una carretera y simplemente trazas sus curvas y sigues sus rectas para llegar al objetivo, del mismo modo, deberíamos aceptar cada una de las circunstancias que la vida nos trae.

Probablemente van a ser situaciones que se van a convertir en perlas de aprendizaje, pero siempre a través de la experiencia. 

Y ¡ ojo!¡ Repito!¡ A través de la experiencia!

No vale, con la idea de haber leído o tener mucho conocimiento de mindfulness o de inteligencia emocional o de cualquier libro que te haya podido ilustrar con numerosos ejemplos. 

Como decía el filósofo budista Shanti Deva:

“El que leas las instrucciones de un médico, jamás hará que cure tu enfermedad”

Del mismo modo podemos pensar que porque leas el prospecto de un medicamento cuando estás enfermo no vas a quitar la enfermedad. Se trata de tomar la medicación. 

En este caso es igual, no vale con saber que mi mente es la causante de mi felicidad o de mi sufrimiento, tengo que experimentar, trabajar, hacer, para obtener como resultado una mente ecuánime, que no se altere ni ante lo “ bueno” ni ante lo” malo” y que solo vea una oportunidad en cada circunstancia y no un momento de crisis.

¿ Tú qué opinas?