Mitos en la comunicación no verbal

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Sego a la hora de analizar los gestos

Existe una falsa creencia que invita a pensar que cuando hay algún tipo de autocontacto es que estamos mintiendo o que estamos ocultando algo.


En ocasiones puede ocurrir, suelen ser casos en los que la verbalidad no tiene nada que ver con la gestualidad, es decir, la persona nos transmite verbalmente algo que su gestualidad contradice o de lo que no está completamente de acuerdo.


Pero en otras ocasiones verbalidad y gestualidad van de la mano de modo que digo lo que pienso y mi gesto acompaña a aquello que he expresado.


Digo que algo no me gusta al tiempo que levanto con el dedo índice de mi mano izquierda la punta de mi nariz.


En estos casos la gestualidad es como una reafirmación de aquello que pensamos.


Nuestro cuerpo reacciona antes que nuestra cabeza. Suele tratarse de gestos más emocionales guiados desde nuestro cerebro límbico en connivencia con nuestro reptil y fruto de instalaciones primarias. Nuestra gestualidad desde la emoción y de forma totalmente inconsciente lanzará su propio mensaje.


Estos gestos , también es cierto, tienden a aparecer en mayor o menor medida depèndiendo de la emoción en la que nos movamos.


Así en emociones tónicas como la rabia, el asco o el miedo se verán más que en emociones menos tónicas como la curiosidad, la seguridad o la admiración.


A mayor malestar mayor será el movimiento.


Identificar estos gestos de reafirmación como mentiras no tendría ningún sentido. De hecho hacerlo supondría un sesgo importante a la hora de analizar cualquier tipo de relación comunicativa.